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martes, 25 de marzo de 2014

Winter Days

El viento frío del invierno azotaba con fuerza a la ciudad entera, que se hallaba revestida en una gruesa capa de nieve, dejada el día anterior por una fuerte tormenta.
-Fuu, que frío hace-Masculló entre dientes Len, quien salia de su apartamento.
El joven salió bien abrigado; un suéter color crema, una gruesa chaqueta marrón que llegaba hasta sus rodillas, unos jeans, sus zapatillas rojas favoritas, una bufanda roja y unos guantes de cuero. Y aun así sentía el frío calarle hasta los huesos. Len Kagamine; de apenas catorce años, piel pálida, labios pequeños, ojos grandes como zafiros, cabello rubio revuelto y atado en una coleta, muy atractivo, siempre robando la mirada de las chicas a su alrededor, a las que nunca había tomado en cuenta, por lo que lo llamaban "El chico del corazón de hielo" aunque a él le daba igual.
Camino rápidamente hasta la parada del bus, y se sentó, abrazándose a si mismo, mal diciendo el tener que salir hasta la escuela, que quedaba demasiado lejos para su gusto, en especial en días como aquellos. Aún así hacia todos los días hacia el esfuerzo de levantarse temprano para ir hasta allí, ya que era la única academia de música de la zona.
Miro por la ventanilla del bus el inmaculado paisaje, que se adornaba por la gente que paseaba, que iba a su trabajo y los niños jugando con la nieve. Len nunca entendió porque a la gente le gustaba tanto el invierno, el frío, la lluvia, la nieve... siempre le desagrado al rubio, el prefería el calor.
Frotó sus manos, buscando calor, y deseando rápidamente llegar a la estación del tren, "Más lejos no podría quedar ¿no?" Pensó al bajar del bus, dirijiendose hasta la entrada de la estación de Shibuya, que lo llevaría hasta la academia. Pagó el pasaje y fue hasta el anden, miro en la dirección donde debería de venir el tren, no venía, suspiro, mirando el gélido cielo, que lucía muy brillante, haciéndolo entrecerrar los ojos por el exceso de luz, y haciéndole agregar una razón a su lista de "1000 razones por las que odio el invierno"
-Agh, demonios, odio el invierno-Dijo Len en voz alta al sentir una ventisca de aire, que lo hizo estremecerse.
-¿Por qué? Si es una estación tan bonita-Le respondió una voz femenina, la más suave y dulce que jamas haya , el rubio se dio vuelta, para enfrentar a la dueña de tan bella voz.
"Un ángel" fue el único pensamiento que su mente formo al ver a la chica frente a él:
Vestida completamente de blanco: botas a media pierna, unas calcetas hasta el muslo, unos shorts, un suéter de cuello tortuga y un poncho con felpudo en el cuello y un la parte de abajo, aunque no le llamo la atención por el momento su vestimenta. Su hermoso rostro fue lo que lo dejo anonadado; piel lechosa, seguramente muy suave al tacto, sus mejillas teñidas de un ligero color rosa, nariz respingada, labios delgados sonrosados, ojos grandes y brillantes, del profundo color del mar, adornados por largas pestañas, cabello corto, rubio y brillante, con un moño blanco sobre este.
Len sintió el calor subirle hasta las mejillas, desvío la mirada, sin querer contemplar a la hermosa chica que tenía frente a si.
-No me respondiste-Dijo acercándose hacia él, escondiendo sus manos detrás de su espalda, y acercando su rostro.
-¿Eh? ¿qué?-Se alejo bruscamente, casi callendo en las vías del tren, de no ser por la extraña rubia que lo afirmo, evitando su caída-. G-gracias emm...
-De nada-Negó con la cabeza.
Antes de que el oji-azul pudiese decir algo llego el tren.
-Vas a entrar ¿no?-Cuestiono al rubio, tendiendo su mano hacia él, que desconfiado, tomo, "¡Qué fría!"
El vagón no iba muy lleno, por lo que ambos adolescentes se sentaron juntos (más bien la misteriosa rubia guió a Len para que se sentaran juntos)
-A todo esto... ¿Quién eres?-Preguntó intrigado, aun un poco shokeado por la extraña aparición de la joven.
-Ups, se me olvido presentarme, me llamo Rin, un placer-Le sonrió tendiéndole la mano, que Len acepto por no ser grosero.
-Soy Len Kagamine...
-¡Que lindo nombre!
-Hu, gracias... creo, Rin también es lindo.
Las mejillas de Rin se pusieron de un color rojizo oscuro, cosa que no paso desapercibida por Len, que miraba atentamente a la chica, que aún no se ganaba su confianza completamente, pero tenía la impresión de haberla visto antes, pero no sabía donde.
-A todo esto, ¿Donde vas?
-A la escuela, ¿Donde más?-"Es rara" pensó "Es lunes, además se nota que soy un estudiante, ¿Acaso no va a la escuela?"-¿Y tu? Si es que puedo saberlo, claro.
Rin lo miro por unos segundos, sin expresión, para luego sonreír le de nuevo.
-Voy a pasear por ahí, a pasear un rato.
"Rara"
-¿Acaso no vas a la escuela?
Rin bajo la mirada hasta sus pies, que balanceaba.
-No...
Antes de que pudiese hablar de nuevo, el tren se detuvo, Rin se puso de pie y le dedico una ultima mirada a Len, sin borrar de sus labios su típica sonrisa.
-Nos vemos mañana, Len.
Sin poder replicar le nada, la blanca figura de Rin se perdió entre la gente del anden, dejando a Len extrañado y ansioso, de tal forma que durante todo el día no se pudo sacar de la mente a la misteriosa chica que se presentó como Rin.

Y como ella le había dicho, se encontraron al día siguiente en la estación de Shibuya.
-¡Buenos días Len!
Se dio vuelta para encontrarse con la sonriente rubia.
-Hola R-Rin.
Y como el día anterior se volvieron a sentar juntos.
-Ayer no me respondiste-Le recordó, a lo que solo obtuvo una cara sorprendida- ¿Por qué no te gusta el invierno?
Miro en silencio a Rin, sorprendido por la buena memoria que tenía, él con suerte recordaba su fecha de cumpleaños.
-Pues por el frío, la nieve... por... bueno, por el invierno en si-Dijo incómodo.
-...
No obtuvo respuesta de Rin, hasta que llego la parada de Rin, 3 paradas antes que la suya.
-Pues a mi...-Una fría brisa soplo al abrirse las puertas del tren, que envolvió a la rubia, dándole un aire casi celestial, que dejo anonadado a Len, que no pudo apartar la mirada de su figura-¡Me encanta!
Y con una última sonrisa se fue.

Así, lentos y gélidos fueron pasando los días, Len poco a poco fue aceptando a Rin dentro de su rutina, viajando con ella todos los días, acercándose cada vez más, de modo que a Len se le hacia extraño (y entristecía) cuando no se encontraba con su risueña amiga. Como aquella mañana, más cálida que anteriores. Len miro a todos lados, buscando con la mirada a Rin, que no estaba en ningún lado, y sin darse cuenta, su mirada se volvió triste.
"No vino" pensó triste al ver el asiento de al lado ocupado por otra persona "Que lastima..."

El día, a medida que avanzaba, se volvía más frío, para molestia de Len, que en todo el día, desde que no se encontró con Rin en la estación, había estado con un humor de perros.
A la hora de salir, a las 7 de la tarde, el cielo estaba teñido de un color anaranjado, y una brisa fría corría alrededor. El rubio suspiro.
-¡Len-Kun!
"Maldición, ella no" Maldijo mentalmente al reconocer esa voz chillona.
-¡Espera Len-Kun!
Se dio vuelta de mala gana, encontrándose a la "Reina de la academia" Hatsune Miku, vestida de rosado chillón, con sus largas coletas turquesa, revoloteando en el viento, piel pálida, con mejillas sonrojadas, ojos grandes turquesa, cubiertos por una gruesa capa de pestañas, y una sonrisa de anuncio de dentrifico. Para Len no había chica más molesta en la tierra.
-¿Qué quieres?-Preguntó molesto, deseando irse a su casa ya.
-Veras, me preguntaba si...-Murmuraba sonrojada, más que antes, mientras jugueteaba con sus dedos.
Len desvío la mirada a otro lado, queriendo irse ya. Pero su cara de enfado cambio drásticamente al cruzarse con unos hermoso ojos azules y una dulce sonrisa.
-¡Rin!
Salió corriendo, dejando a Miku con las palabras en la boca, y una mirada de odio a la rubia.
Rin, que estaba apoyada contra un árbol, saludo a Len agitando su mano.
-¡Hola Len! Que bueno verte.
Se quedo mirando la muchacha frente a si, que lucía más pálida que otros días.
-Rin, ¿estas-
Antes de que pudiese formular su pregunta, ya estaba siendo jalado por Rin, mientras esta hablaba de cosas sin sentido.

Finalmente se detuvieron en un parque iluminado por unas farolas, "Se ve preciosa" pensó el rubio mientras miraba a su acompañante, que tenia sus ojos perdidos en el cielo ya estrellado, siendo bañada por la luz de las farolas.
Él se sentó en una banca, viendo a Rin caminar por el parque, no muy lejos de él. Finalmente se sentó a su lado.
-Puedo saber ¿Por qué no fuiste a la estación en la mañana?-Pregunto finalmente, ocultando su ansiedad y preocupación.
-¿Me extrañaste?-Respondió con una pregunta riendo.
-Claro que no-Murmuro Len, que se sentía avergonzado, pero no esa vergüenza incómoda, mas bien era una vergüenza cómoda, si es que eso existe.
-Pues yo si-Admitió Rin, sin poder mirar a Len a la cara, "Ah, que vergonzoso, ¡no debí decir eso!" Pensó mirando sus manos, que apretaban el poncho con fuerza.
-Bu-bueno, yo, igual... emm, ¡no me respondiste!-Le reclamo, a lo que Rin río, "Su risa es muy bonita" se repitió en su mente, más de una vez había pensado eso al oírla reir.
-Veras, no me gusta el calor-La sonrisa en el rostro de Rin de desvaneció, y su mirada se volvió triste y melancólica, mientras miraba la luna, que brillaba pálida mente-. No me siento bien cuando hace calor, por eso sólo salgo cuando hace frío.
-...-Len no respondió, en cambio se quedó mirando a Rin.
Repentinamente la chica se puso de pie, sorprendiendo a su acompañante, que al ver que empezaba a alejarse, se apresuro a seguirle el paso.
Rin se subió al borde de unas jardineras que estaban en el parque, Len vio como se balanceaba peligrosamente, por lo que la tomo de la mano (que estaba helada como la primera vez), para ayudarla a mantener el equilibrio, y evitar que la alegre rubia cayese. Rin lo miro extrañado, pero antes de que respondiese, ella le apretó la mano, dándole a entender que no era necesaria una respuesta, Len suspiro aliviado, las explicaciones no son lo suyo.
Avanzaron en silencio durante un rato, un escalofrío recorrió la espalda de Len, recordándole lo frías que son las noches de invierno, en ese momento cayo en cuanta de que la ropa de Rin era muy delgada, pese a estar en pleno invierno, y por más que le gustara este, estaba seguro de que el frío le incomodaría, además de que se podría enfermar.
-Oye Rin-Esta lo miro interrogante, sin borrar su típica sonrisa-, ¿Acaso no tienes frío?
-¿Frío? Para nada-Respondió mirando el cielo estrellado-. Es mas, me encanta sentir el frío calandome, es muy... reconfortable.
Su mirada volvió a tornarse triste, "Soy un idiota" pensó Len bajando la mirada.
-¡Atento!-Len miro a Rin, que salto, y como acto reflejo, la atrapó entre sus brazos.
-¡No vuelvas a hacer eso, es peligroso!-Le reprocho, sentía el corazón en la garganta.
-Ups-Fue la única respuesta que obtuvo de la rubia, que saco la punta de su lengua.
Al darse cuenta de que aun tenia a Rin en sus brazos, sintió sus mejillas rojas y el corazón acelerado, y estaba seguro de que Rin estaba igual. Ella, avergonzada, escondió el rostro en el cuello de Len, que trago saliva.
-Sabes Len-Sintió un escalofrío recorrer su espalda, y su temperatura corporal subir al sentir el aliento cálido de Rin golpeando su frío cuello-, cuando estoy contigo me siento muy feliz, espero... que sea así siempre...
Cuando estaba terminando, la voz de Rin se empezó a quebrar, haciendo que el corazón de Len se oprimiera. No quería imaginar un día sin la presencia risueña y encantadora de la rubia.
-R-Rin, yo también...-Len sintió la angustia de estar a punto de perder algo, una angustia que jamas había sentido tan vivida.
Finalmente, Rin se bajo de los brazos del rubio, que no sabia que decir, "Por lo menos ya no tengo frío" pensó el rubio, que miraba a la oji-azul, que tenia las mejillas bañadas en rojo.
-Emmm, Len, yo...-Miro incomoda a Len, sin saber que decir.
El sonido de una campanada interrumpió el momento, haciendo que ambos miraran un reloj instalado en el parque, que en ese momento daba las 9 de la noche.
-Es muy tarde-Murmuro Len.
-Mejor me voy-Dijo Rin, que sin esperar una respuesta se fue corriendo en la oscuridad de la noche.
"Realmente es muy misteriosa"

Desde que empezó su amistad con Rin, a Len cada vez le importaba menos el tener que levantarse temprano y el invierno ya no se le hacia tan pesado, y más aun desde su... ¿cita? No, su salida al parque con Rin, que en tan poco tiempo estaba haciendo estrago en su vida y en su corazón.
Len se hallaba sentado al lado de Rin en el tren, sin prestarle atención a lo que le decía, enfrascado en sus pensamientos, algo que le pasaba muy seguido últimamente, ya que su corazón lo confundía, en especial por sus sentimientos por Rin, que no le dejaban tranquilo, "No se que siento, realmente estoy confundido, yo... ¿estoy enamorado de Rin? No, no y no, solo somos amigos... ¿es eso bueno...? ¿Y cómo se que no estoy confundido...?"
-¡LEN ESCUCHA!-El grito de Rin lo devolvio a la realidad.
-¡Ah! ¿Qué pasa?-Preguntó alarmado.
-Te estaba preguntando que es lo que estudias.
-Música, ya sabes...
-Me refería más en especifico.
-Ah, estudio para ser cantante...
-Waa-Los ojos de Rin brillaron emocionados, y Len se sintió feliz de cierto modo-, algún día tienes que cantarme ¿si?
-Mn, lo pensare-Nunca le habían pedido que cantara, excepto en clases.
-Bien, oye Len, después de clases, ¿puedes juntarte conmigo en el parque de la otra vez?
-Claro-Asintió Len, mirando a Rin bajar del tren.

El final del invierno estaba cada vez más cerca, y eso animaba bastante a Len, pero no podía gozarlo al 100%, ya que Rin últimamente estaba demasiado decaída, muy pálida y a veces tenía ataques de tos o se mareaba derrepente, y el rubio no podía estar tranquilo si Rin estaba así, y siempre que intentaba abordar el día tema, ella lo evadía.
Finalmente llego la tarde, y ambos rubios se reunieron en el parque, aun hacia mucho frío, pero Len evito pensar en ello.
-Len, tengo algo muy importante que decirte.
La miro extrañado, lucia seria, era extraño, normalmente ella sonreía y reía todo el tiempo, pero ahora le miraba seria.
-Te escucho...
-Veras Len, tu eres un amigo maravilloso-No supo porque, pero le molesto que le llamara "amigo"-, el único que tengo.
Se sorprendió al escuchar eso, Rin era la persona más amigable y encantadora que el conocía, le resultaba extraño, pero no dijo nada, quería que la rubia terminara.
-Y no me gustaría perderte... y tu, yo... te amo Len-Apenas fue un murmullo, los ojos de Rin brillaban con ese brillo especial que tiene uno al enamorarse, y las mejillas sonrojadas, por no mencionar el acelerado latir de su corazón.
Algo dentro de Len empezó a arder de una manera abrazadora, su corazón latía con tal fuerza, que apenas podía contenerlo, y sentía su rostro arder, de modo que lee dolía al sentir las frías ráfagas de viento.
"Muchas cosas han cambiado en mi vida desde que Rin entro en ella, al principio no quería que afectara mi rutina, y que pasaran rápidos estos fríos e insufribles días... pero con el tiempo, el ver a Rin a mi lado se volvió algo indispensable como respirar, y a veces tengo miedo de un día llegar a la estación y no verla ahí, sonriendome. Me ah cambiado drásticamente la forma de ver las cosas, ahora, quiero vivir cada día disfrutandolo., ahora puedo decir que soy feliz, algo que antes no hubiese podido presencia, sus ojos, su sonrisa, su voz, su alegría, siento que son algo que si me llegase a faltar seguro moriría.
Yo tal vez... ame a Rin."
Lentamente Len se acercó a Rin y acaricio con miedo y mano temblorosa la mejilla de Rin, acercando lentamente sus rostros, hasta que sus labios finalmente se juntaron, los labios de ambos de hallaban fríos, pero aun así, no pudo haber sido un beso más perfecto para ambos, que calentó los corazones de ambos.

La relación de Rin y Len iba de maravilla, aunque aun así, aun habían varias dudas de Len sobre Rin, pero el confiaba plenamente en ella. Rin, sin mucho esfuerzo logro calentar el frío y cerrado corazón de Len, fueron unas semanas llenas de felicidad para ambos adolescentes, que gozaban de la magia del primer amor.

Pero al igual que la nieve se empezaba a derretir, la vitalidad de Rin iba recayendo lentamente con esta, poco a poco el color de sus mejillas se iba perdiendo, cada vez faltaba más a sus encuentros con Len en la estación, la vida de Rin parecía agotarse, sin importar lo que ellas hiciese para aparentar que no, Len podía verlo a través de sus ojos, y ese miedo incontrolable de perder a la rubia, que sintió esa tarde en el parque, volvía a torturarlo en esos días.
Cada vez Len veía menos a Rin, poco a poco empezaba desaparecer de su lado, hasta que un día, 3 días antes del fin del invierno, ya no apareció más.
Len, que no sabia sonde vivía Rin, ni mucho menos como contactarla, y por más que buscaba no lograba encontrarla, era como si sus huellas se hubiesen cubierto por la nieve, nieve que se iba derritiendo lentamente, borrando todo rastro.

Un día, el último día de invierno, una carta llegó al apartamento de Len, de letra pulcra e impecable. Rezaba:
"Para: Len Kagamine.
De: Rin."
El pulso de Len acelero, y una ansiedad que lo había estado matando lentamente salia a flote.
Con manos temblorosas, Len rasgo el sobre y saco la carta que estaba dentro, y con el corazón latiendo el dolorosamente empezó a leer:
"Querido Len: Si ya resibiste esta carta, es porque ya llego el final del invierno, y con él, el de mi vida. Te pido que termines de leer esta carta antes de hacer cualquier cosa.
Seguro que no te recordaras, nunca tuviste buena memoria, recuerdo que te costo mucho recordar mi nombre la primera vez, pero eso ahora no importa mucho. Veras, no creo que lo recuerdes, pero hace tiempo cuando teníamos 8 años, estuviste internado por un tiempo por una pierna rota, y nos conocimos en el Hospital Hoshizora, en el que te convertiste en mi único amigo, y mi primer amor, pero al final terminaste por olvidarme.
Veras Len, yo nací con una enfermedad mortal, y nunca tuve una esperanza de vida larga, cuando aparesiste por primera vez en mi vida, me diste ánimos para vivir, ánimos que nunca antes había tenido, fuiste como una flor que florece entre la nieve.
Hace 2 años, me dijeron que no me quedaba mucha esperanza de vida, solo 2 años, y que no sobreviviría el invierno. En ese instante, sentí más vivo que nunca el miedo de morir, y me dije que no quería morir sin antes verte aunque sea solo una vez más. Desde entonces investigue desde mi cuarto en el hospital sobre que fue de ti.
Y un día, me decidí a ir por ti, y te encontré, solo pensaba verte un vez más, solo una, pero... al verte, ahí, tan cerca mio, tan real, volví una y otra vez, tal vez eso hizo más rápido que mi tiempo se agotara, pero no me arrepiento de nada.
Ya no nos volveremos a ver, pero no quiero que llores, es algo que no me perdonaría, quiero que sonrías y vivas una vida feliz y plena, que sigas adelante... aunque nunca podre escucharte cantar.
Lo siento, siento tanto haberte mentido, haberte lastimado tanto, esta bien si me odias, pero, por favor, nunca olvides que te amo Len.
Con amor, Rin."
En ese momento, las lágrimas empezaron a caer por las mejillas de Len, y por más que intentaba detenerlas no podía, después de todo su corazón se había descongelado y vuelto a vivir gracias a Rin y ahora, ya nunca podría volver a ver su hermosa sonrisa, oír su risa, ver sus hermosos ojos azules, besar esos fríos labios, ya nunca más la oiría decir su nombre, nunca más la podría ver de nuevo.
Ahí, con la carta en sus manos temblorosas, Len dejo salir sus lágrimas, que se congelaron en sus mejillas, y su corazón, que se convirtió en un montón de escombros y recuerdos de un ángel vestido de nieve.

Los años pasaron, junto con las estaciones y la gente que conoció Len, que se graduó como el mejor de su academia.
Así pasaron más de 5 años.
Se termino por convertir en un cantante de renombre, reconocido por su maravillosa voz y por su frío carácter.

Se detuvo en medio de la calle, siendo calado por el frío viento del invierno, contemplo el cielo, que desde hace 5 años se había vuelto monocromático, como todo a su alrededor. Todo alrededor de Len era frío y sin vida, ya nada lo hacia sentirse vivo o feliz.
Los ojos del triste rubio que recorría las calles se humedecieron con lágrimas, que el reservaba hasta esa fecha, hasta invierno, en lo mas profundo de su corazón. Pero él ya no odiaba el invierno, todo lo contrario, era la única estación del año que lo hacia sentirse vivo todavía.
- Saigo made ienakatta... K-kono kotoba wo kimi ni okuruy-o... Kimi no koto z-zutto... Aishiteiru kara… -Canto en un murmullo suave, que se perdía por el ruido de los trenes de la estación de Shibuya, cumpliendo la ultima voluntad de su amada, estuviese donde estuviese.
Ella, que apareció con el viento frío del invierno, como efímera vida que era, desapareció con los últimos copos de nieve.

Soy cruel, si lo se, pero es que amo el cliché de que uno de los dos se muera, agh.
Espero les haya gustado y les haya llegado el fic, espero sus comentarios.
La canción que canta Len es Dear, es original de Miku, pero a mi me gusta la versión de Len, en fin, comenten!!

Winter Days

Comenzó en la estación de Shibuya, uno de los inviernos más fríos que Len recuerda, y también el más feliz y hermoso de todos, que desapareció sin dejar rastro, junto a la única persona que el amo.
Tipo: One-Shot
Nombre: Winter Days
Personajes: Kagamine Len, Kagamine Rin, Hatsune Miku
Pareja: LenxRin, LenxMiku unilateral
Advertencia: Muerte de personaje.
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Hola, no estoy muerta!! *esquiva armas, bombas y Road-Roller* solo que, ejem, Hetalia Pls, eso y que me obsesione con The Legend of Zelda y los videojuegos en general de Nintendo, jeje, mi vena gamer, en fin, este fic lo tenía hace mucho tiempo en la cabeza, pero no lo había escrito, y aproveche el estar de vacaciones... mentira estaba enyesada y no me podía mover, así que aproveche el tiempo libre, juas, juas.
Por cierto, creo que ya no esperare una semana, creo que publicare el resumen y le historia al mismo tiempo, ya saben,. economizar(?)

lunes, 1 de julio de 2013

¿Quién es el uke?


Mikuo y Akaito se hallaban sentados en la sala de estar del primero, estaban solos, ya que Miku había salido con Rin y Len, y aprovecharon eso para tener un rato de pareja, estaban viendo una película, de repente, Mikuo tuvo una duda, que quiso aclarar en el momento, apago la TV;
-¿Qué crees que estás haciendo idiota?-Se ganó una queja por parte de su pareja.
Se sentó en las piernas del pelirrojo, haciendo que este se sonrojase un poco, sus rostros estaban peligrosamente juntos, sus narices se rozaban, y sus alientos chocaban.
-Oye tengo una duda…-Empezó lentamente.
-¿Qué es tan importante que interrumpiste la película?-Se fue directo al grano.
-Pues…hum-Se removió un poco, no estaba seguro de como reaccionaria el otro-. ¿Quién es el uke?-Lo dijo de una.
-¿Quéeeeeeeeeeeeee?-La cara de Akaito fue épica-. ¿Qué clase de pregunta es esa?
-Hum, es que me fije, que en las relaciones de las películas, y animes yaoi, siempre hay un uke y un seme, y me pregunte ¿Yo o Akaito es el que va debajo?
Akaito tenía la vista fija en Mikuo, bastante sonrojado, no sabía que decirle al otro.
-P-pero-Genial, ahora estaba tartamudeando, "Maldito Mikuo"-¿Qué clase de pregunta es esa? Obviamente soy yo-Se apuntó a si mismo con un dedo.
En ese momento, Mikuo puso un dedo en su mejilla, y con una cara inocente, le dijo a su novio lo siguiente;
-Pero, hay veces, cuando estoy muy, muy cerca, o hago alguna cosa lasciva, te sonrojas -En ese momento se cuestionó ¿Qué pasaba por la cabeza del muchacho?
-Eso es porque…porque… ¡Ah, maldición!-Se agarró la cabeza con ambas manos-. ¡Te voy a demostrar quién manda!
De una manera u otra, tomo a Mikuo a modo nupcial, y lo llevo a la habitación de este, para demostrarle quien era el seme y quien el uke.
Después de una sesión de sexo, Akaito, con los calzoncillos, que los hayo milagrosamente en el desorden que dejaron minutos atrás, se paró frente a Mikuo, quién estaba esparcido semiinconsciente en la cama, y lo miro con una sonrisa triunfal.
-Para que veas que tú eres el uke, solo un seme puede ser tan bueno en el sexo como yo lo soy, así que por descarte eres el uke-Se puso a reír de manera casi histérica, Mikuo le lanzo una almohada a la cara, para que se callase.
-No me…podré sentar en un mes-Se lamentó Mikuo, muy adolorido, pero luego sonrió satisfecho, y miro a Akaito-. Pero, un seme sabe cómo controlar a su uke, y yo te controle para que tuviéramos sexo.
Akaito lo miro sonrojado.
-N-no es…es porque eres un uke sumiso, me controlas con tu inocencia-Se quejó apuntando a Mikuo con un dedo-. Ademas el seme es el que la mete…
-Pero…-Iba a hablar, pero al instante Akaito lo cayó.
-¡Cállate muerde almohadas!-Se fue directo al baño para mojarse la cara y despejar su mente.
-Ah, es tan divertido jugar con Akaito, es taaaan lindo-Sonrió para sí mismo, pero luego su sonrisa se convirtió en una mueca-. Pero es una bestia en la cama, no vuelvo a hacer esto, no si quiero volver a caminar.
Hundió su cara en la almohada, su cadera le dolería por mucho, mucho tiempo.
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Mikuo tendrá que comprarse una silla de ruedas XD
Espero les haya gustado este fic tan fail, nos leemos!!

miércoles, 26 de junio de 2013

¿Quién es el uke?


Mikuo tiene una duda en su relación con Akaito, ¿Quién es el uke?  
Tipo: One-Shot
Nombre: ¿Quién es el uke?
Personajes: Mikuo Hatsune & Akaito Shion
Pareja: AkaitoxMikuo, aunque al principio es un poco MikuoxAkaito
Advertencia: Yaoi, sexo implícito, humor malo.
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Joder, se me había olvidado este fic, siendo que es sobre mi OTP yaoi de Vocaloid LOL
Es sobre una duda muy estúpida de mi parte...el titulo lo dice todo 

Bye, bye my love


Paso el cepillo, una vez más, por entre las hebras color turquesa de la menor, sintiendo el aroma a vainilla que este despedía, la expresión de Miku y Luka, la joven que la peinaba, era de tranquilidad.
Una vez terminada esa labor, que por nada del mundo Luka deseaba terminar, dejo el cepillo sobre la mesita del tocador, tomando unas cintas rosas que estaban al lado del cepillo que había dejado recientemente en el mueble, con estas hizo dos trenzas a cada lado del rostro de la oji verde, Luka sonrió con ternura al ver la sonrisa que Miku le dedico a través del espejo y un suave "gracias" que le dedico.
Miku se levantó del taburete en el que había estado sentada, llevaba puesto un vestido blanco ceñido a su delicada cintura, tenía un hermoso bordado de rosas en los bordes del vestido, la falda se veía vaporosa, una cinta atada a la cintura de color rosa y unas sandalias blancas, dándole un toque infantil a Miku, que se asentaba más con la dulce sonrisa que tenía esbozada en su rostro.
-Te ves preciosa Miku-Chan-Dijo Luka poniéndose frente a ella, tomándola por los hombros y mirándola con infinita ternura.
-¿Crees…que a él le guste?-Pregunto Miku sonrojada, mientras se miraba los pies, avergonzada.
La mirada de la pelirosa se ensombreció notablemente, sintiendo su pecho apretado.
Miku y Luka eran las mejores amigas y la pelirosa se había ofrecido amablemente a arreglar a su amiga para la cita que tendría esa tarde.
*Flash Back*
Luka caminaba tranquilamente por los pasillos de la academia junto con Miku, conversando de las vanidades de la vida, hasta que Kaito, un joven de cabellos azules al igual que sus ojos, y amigo de la más joven apareció:
-Hola Miku-C-chan-Saludo amablemente a la joven, con las mejillas levemente sonrojadas, para luego recaer en la presencia de Luka- ¡Lo lamento! No te vi Luka, hola…
-Está bien Kaito-Respondió la chica, sin notar ningún dejo de maldad en el joven frente a ella.
-H-hola Kaito-Respondió Miku sonriéndole a Kaito.
-Miku-Chan…me p-preguntaba si…-Empezó con nerviosismo, sonrojado y sudando a mares.
-S-si, Kaito-Kun-Dijo Miku en el mismo estado.
Luka trago grueso, no le gustaba para nada la situación.
-Me preguntaba si tú…-Kaito respiro hondamente, buscando calmarse-¿Quisieras tener una cita conmigo?-Termino por decir con bastante dificultad, rojo como un tomate.
-¡C-claro que sí!-Dijo Miku llena de felicidad y dicha, sonrojada-¿A dónde iremos?
-Pensaba en ir…
Luka solo escucho hasta ahí, ya que su mente se había desconectado del exterior, su corazón estaba detenido y tenía un revuelto de emociones rondándole en la cabeza, muy diferentes, pero parecidos entre sí, su mirada no veía nada, se hallaba perdida en el vacío.
Miku y Kaito se fueron conversando por el pasillo sobre la cita que iban a tener, dejando a una choqueada Luka…con el corazón destrozado.
*Flash Back End*
Luka mordió su fino labio con suavidad, intentando que su voz no sonara quebrada, y conteniendo sus lágrimas que buscaban salir, no quería preocupar a Miku.
-Por supuesto, te ves preciosa, de seguro que le encantara-Dijo finalmente, mientras estrechaba contra su pecho a Miku, como si no quisiera dejarla ir.
-¡Gracias Luka-Chan!-Dijo para luego separarse de su amiga y sonreír "iluminando como mil soles" en palabras de la mayor.
Desde fuera de la casa se escuchó el sonido de una moto.
-¡Ya llego!-Mikun corrió hasta la ventana que daba hacia la entrada de la residencia, viendo a Kaito montado en su motocicleta, mientras hacía sonar la bocina.
Miku se acercó a Luka nuevamente, esta tomo un sombrero que estaba colgado en un perchero.
-Toma-Luka le entrego el sombrero para que se protegiese del sol de la tarde-Suerte.
-¡Gracias, eres la mejor!-Dijo tomando el sombrero para ponérselo, y una cartera-. Nos vemos.
Pero antes de que saliera de la habitación, una voz muy conocida la detuvo.
-Miku-Chan…-Se dio vuelta para ver a su emisora, que mantenía la mirada en el piso-. Te esperare hasta las cinco.
-Pero…yo volveré a las siete-Dijo extrañada por las palabras de su amiga.
Luka no despego por ningún momento la mirada del piso, como si este fuese lo más interesante del mundo.
-Es tu decisión-Murmuro quedamente, para luego levantar el rostro, con una sonrisa triste y melancólica-¡Anda que se te hace tarde!
-¡Claro! Gracias por todo-Se acercó y le dio un suave beso en la mejilla, para luego salir corriendo hacia donde estaba Kaito.
Luka toco con suavidad su mejilla, en la que quedo impregnada el calor de los labios de Miku, para luego acercarse a la ventana y ver como partían ambos enamorados hacia su cita.
La sonrisa quebrada de Luka se borró por completo, dejando paso a la expresión llena de profunda tristeza y dolor en el bello rostro de la pelirosa, junto con unas lágrimas traicioneras que surcaron su rostro.
-Miku…Miku…-Murmuro con dolor el nombre de la muchacha, mientras tomaba la bata de la nombrada, que estaba colgada en el perchero, la abrazo contra ella, aspirando el aroma que esta despedía y humedeciéndola al toque de sus lágrimas que no se detenían.
El corazón de Luka se hallaba lleno de dolor, tristeza, angustia…y demás sentimientos amargos que la ahogaban en un mar de dolor.
Si es que esa masa desecha y quebrada se le podía llamar aun un corazón.
Luka sufría, sufría mucho, ya que ella estaba enamorada de su amiga, de Miku, 6 largos años su corazón había estado llevando esa carga tan hermosa pero dolorosa, esos sentimientos que había ocultado cuidadosamente, para no perder la amistad de aquella dulce jovencita, ya que sin su amistad sentía que se rompería por completo.
-Su aroma…-Murmuro viendo con sus ojos cristalinos la prenda, ahora empapada por sus amargas lágrimas, de su amada.
Lo único que la mantenía en la realidad en ese momento era el aroma a vainilla que le calaba sus fosas nasales.
Ese suave olor a vainilla que sentía al acercársele, cuando la abrazaba, cuando dormían juntas o se bañaban…siempre estaba ahí, en sus penas, alegrías…ahora.
La suavidad de su piel, la profundidad de su inocente mirada color turquesa, la suavidad de sus cabello, la hermosura de su sonrisa…en ese momento todas esas sensaciones se amontonaban en su dolido corazón, que no dejaba de latir con amargura.
-No sabes cuánto te amo…-Murmuro más calmada, después de desahogar un poco todos los sentimientos que atestaban su corazón.
Recordó en medio de su agonía su encuentro con Miku, recordó esa tarde de verano, bañada bajo el atardecer anaranjado del día en que conoció a Miku, y la tarde que empezó a experimentar todas esas sensaciones tan hermosas y nuevas para ella…pero al mismo tiempo muy dolorosas.
*Flash Back*
Eran una tarde de verano, una Luka de diez años caminaba por las calles de la nueva ciudad en la que había empezado a vivir recientemente, aún no poseía ningún amigo, y no quería estar todo el día encerrada en casa, por lo que decidió dar un paseo.
Se alejó bastante de la zona residencial, y llego hasta un pequeño parque, tenía una resbaladilla, una caja de arena, un sube y baja y los columpios.
Luka miro un rato los columpios, hasta que fue a sentarse en uno.
-¡Ay!
Escucho un grito que hizo que levantara su mirada del piso, en el suelo, con unas flores en mano, se hallaba una chica de su edad de cabello turquesa, atado en dos coletas, esta se levantó dejando ver sus ojos llorosos y su cara, al igual que su vestido, cubierto de tierra, también tenía algunos raspones, pero que no le quitaban su belleza infantil.
Luka se levantó de su asiento para acercársele.
-¿Estas bien?-Le pregunto mientras le tenía una mano para que se levantara.
-¿Eh? Si no te preocupes…siempre me pasa-Dijo restándole importancia, levantándose-. Gracias… ¡auch!
Exclamo, ya que se había hecho una herida un poco profunda en la rodilla.
-Siéntate-Le dijo Luka, llevándola hasta los columpios, Miku le obedeció.
De su bolsillo saco un pañuelo, con el que limpio la tierra del rostro de Miku, que le había parecido muy bonito.
Repitió el mismo proceso con la herida, que también tenía sangre, y ocupo como venda el pañuelo, para finalizar le dio un beso en la herida.
-Ya está…deberías tener más cuidado-Le regaño Luka a la niña, que solo le respondió con una sonrisa, que, sin saber porque, le provoco una sensación cálida en el pecho, un leve sonrojo en sus mejillas.
-Si se, soy un poco torpe-Dijo Miku mirando a Luka-¿Cómo te llamas?
-Me llamo Luka, Megurina Luka ¿Y tú cómo te llamas?-Le pregunto sentándose en el columpio de al lado.
-¡Me llamo Miku! Hatsune Miku-Dijo balanceándose en el columpio.
Así, entre juegos y risas se formó una dulce amistad entre ambas niñas en ese pequeño parque a las afueras de la ciudad.
El sol ya estaba escondiéndose, por lo que decidieron regresar a la ciudad, ya que si no, sus padres se preocuparían.
Al llegar a la casa de la menor, se soltaron de las manos, que se habían tomado mientras caminaban.
-A sido muy divertido, ¡espero que volvamos a jugar juntas Luka!-Dijo Miku tendiéndole las flores que había recogido en la tarde, antes de encontrarse con Luka-. Tómalas, te las regalo.
-¿Eh? No, no puedo aceptarlas-Dijo Luka mirando a Miku, que hizo un puchero al ver que Luka no había querido las flores.
-No, quédatelas, te las quiero dar solo a ti-Dijo para dejar entre las manos de la oji azul, que se sonrojo ante las palabras de la menor.
-G-gracias, son muy bonitas-Le sonrió con sinceridad a Miku.
-¡Nos vemos mañana!-Dijo dándole un beso en la mejilla a Luka, para luego ingresar por las rejas de la casa, dejando a Luka en silencio, observando esas pequeñas flores blancas que tenía entre sus manos.
Desde ese día ambas niñas empezaron a frecuentarse, jugaban y reían todos los días por igual, haciendo de su amistad algo que ni el acero puede romper.
Y así, con el pasar del tiempo, en el corazón de Luka se empezaron a formar diferentes emociones, pero que todas se podían catalogar bajo el nombre de "amor"
*Flash Back End*
…pero Luka con el correr del tiempo, se dio cuenta de que a ella jamás le podría pertenecer el corazón de aquella quien se lo había robado, ya que ya había alguien que se le había adelantado.
Pero ella no iba a luchar, no iba a pelear, no lo iba a hacer nada para impedir la alegría de Miku, para ella era más importante la alegría de la persona a la que amaba que la de sí misma, para ella Miku lo era todo, y solo por verla sonreír…ella la dejaría ir.
Eso ya lo había decidido, ella solo iba a mirar como Miku era feliz, para ella, eso era suficiente.
En su mente se fue desvaneciendo esas escenas, haciéndola volver a su triste realidad.
Levanto la vista hasta el reloj que reposaba sobre la pared, eran las cinco y media.
Miro el cielo que estaba bañado en naranja, al igual que la tarde en que conoció a su inalcanzable amor.
-No vendrá…-Murmuro con pesadez, sintiendo que los últimos rastros intactos de su corazón revotaban en el fondo, junto con el rostro, y por sus mejillas volvían a correr las amargas lágrimas, que salían de lo más profundo de su ser.
Y tenía razón, en ese momento ambos jóvenes se hallaban debajo de un árbol besándose, compartiendo sus sentimientos a través de sus labios, dentro de su propia burbuja de felicidad, ignorando por completo el corazón que se había quebrado en algún lugar muy lejano a ese.
Luka se levantó lentamente, esperando que en cualquier momento Miku entrara corriendo por esa puerta, y que se lanzase a sus brazos, diciéndole que la amaba y que quería estar para siempre a su lado…
…pero eso no sucedería, ella lo sabía, el corazón de Miku le pertenecía a Kaito, y mientras Miku sonriese como siempre lo hace…a ella le basta.
Dejo la bata donde estaba, camino hasta el marco de la puerta y le hecho un último vistazo a ese lugar que había sido el confidente de su dolor.
-Adiós…mi inalcanzable amor-Murmuro antes de cerrar la puerta…y dejar que esos recuerdos se perdieran en el mar de las memorias, que se los llevaran hasta el fondo, para así olvidar, o por lo menos intentar.
"Bye, bye my love"
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Honhonhonhon espero haberlos conmovido con mi fic, que por cierto al igual que los demás(pocos) fics del blog están en fanfiction: http://www.fanfiction.net/~saekihimemiya
Espero les haya gustado, nos leemos.

sábado, 22 de junio de 2013

Bye, bye my love

Cuando nos enamoramos deseamos que esa persona sea feliz a toda costa, incluso de nuestra propia felicidad, y eso hará Luka, dejara ir a Miku con tal de verla feliz, dejando sus sentimientos en un doloroso vacío.
Tipo: One-Shot
Nombre: Bye bye my love
Personajes: Megurine Luka, Hatsune Miku & Kaito
Pareja: LukaxMiku unilateral, KaitoxMiku mención
Advertencia: Yuri, basado en Kannazuki no Miko.
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Emmm, holi, perdón por no actualizar el maldito blog!! es culpa de Hetalia y sus hermosas parejas yaoi y yuri!!!!
Pero hice este fic y tenía, obviamente que ponerlo aquí, esto se formo en mi mente en verano al ver Kannazuki no Miko, hermoso anime, lo recomiendo, llore como una estúpida ;_; es un anime precioso...y es yuri!!
Lo recomiendo, me base en el cap en que Chikane arregla a Himeko para su cita con el bastardo de Souma, me dio tanta pena ese cap TT.TT la diferencia es que no odio a Kaito jejejeje

viernes, 18 de enero de 2013

Sorry to You~Story~



Era una tarde de primavera, yo y Gumo íbamos saliendo de la escuela, mire al frente, vi como su sombra era más larga que la mía, sonreí ante este detalle;
-Gumi, vamos-Me llamo, extendiendo su mano, que no dude en tomar.
Todos los días, al volver de la escuela, entrelazamos nuestros dedos, me gusta sentir el calor de su mano, un poco más grande que la mía.
Íbamos caminando lentamente, mientras conversábamos de diversas cosas sin importancia, pero que me hacían feliz, ya que podía escuchar su voz.
Pero eso no es suficiente.
Pude ver como miraba a la chica más linda del salón, Hatsune Miku, esbelta, hermosa, con buena figura, se destaca tanto en deportes como en los estudios, en una palabra; perfecta.
Yo sé que a Gumo le gusta, siempre la mira, donde sea, aunque ella ya tiene novio, pero él no se rinde…ni yo con él.
Se me oprime el pecho cada vez que lo veo suspirar por ella, es muy doloroso, esta tan cerca…pero al mismo tiempo tan lejos.
Me detuve, jalando la mano de Gumo, que me miro extrañado, yo le mire, sentía mis mejillas arder, mi corazón acelerado, intentaba obtener el suficiente valor para lo que iba a hacer, ya no soportaba más, guardar un amor por 6 años cuesta mucho.
-¿Eh? ¿Qué pasa?
-…-No respondí, solo solté su mano, "Hoy es el día, ya no esperare más, además ya no quiero verlo sufrir por Miku"
-¿Gumi?-Se acercó un poco, apreté con fuerza mi falda, y tome aire, intentando tranquilizarme.
-T-tú…tú…-Me trabe, las palabras no quieren salir de mi boca, están atascadas en mi garganta, sentía que el aire ya no me llagaba a los pulmones, y solo escuchaba mis acelerado corazón, golpearme internamente.
-…-Me miro en silencio, me siento tan tonta.
Respire, no pienso echar atrás, ahora no.
-¡TÚ ME GUSTAS!-Grite a todo pulmón, mi cara me ardía, de seguro parecía un tomate, respire un poco, y levante mi vista, para ver a Gumo.
Este me miraba en silencio, rascándose la cabeza, intentando esbozar una sonrisa, "No, me va a…"
-Jejeje-Se rio incomodo, yo lo mire, las lágrimas empezaban a agolparse en mis ojos-. Creo que…lo pensare, con permiso.
Se dio la vuelta, y se fue solo a su casa, me sentía algo…triste, "No fue ni un si ni un no, tal vez tenga oportunidad", me fui con ese pensamiento, a paso lento, a mi casa.
Esa noche Gumo me llamo, pero en vez de darme una respuesta, solo nos pusimos a discutir por cualquier cosa, corte molesta el teléfono, y me tire en mi cama, hundiendo mi cara en la almohada.
Suspire, aunque intente sacarlo de mi cabeza, pero me fue imposible, no pienso en nada más que él, él siempre está en todos mis pensamientos y sueños.
Siento que todo en mi esta al revés.
Paso una semana sin una respuesta, y Gumo se estaba alejando cada vez de mí, yo busco cualquier manera de acercármele, pero él me esquiva…me siento muy mal.
Pero lo hecho, hecho esta, y no está bien llorar sobre la leche derramada.
Sentí mi celular vibrar mientras arreglaba mis cosas, lo abrí, vi que era un mensaje de Gumo, sonreí automáticamente al verlo;
De: Gumo
Asunto: Sin asunto
Ven al cruce del tren, ya tengo mi respuesta
Tome mis cosas y Salí corriendo lo más rápido que me daban las piernas, tenía que ir donde Gumo;
-¡Gumo!-Le llame mientras agitaba mi brazo, me detuve bruscamente al ver lágrimas surcar su rostro, mi sonrisa se borró-. G-Gumo… ¿Por qué estas llorando?
-Lo lamento-Me dijo quedamente, yo no lo entendía-. No puedo corresponderte…Tenemos que empezar de cero
-P-pero Gumo…a que te refieres-Sentía como en mi interior, algo se quebraba lentamente.
-¡Eres una carga!-Me grito, mirándome enojado, pero sus ojos, se veían tristes.
-Acaso todo mi amor…no es suficiente-Murmure con voz queda, pero no me escucho.
Sentí, como en mi interior, todo se destruyó, mis piernas empezaron a flaquear, me costaba mantenerme en pie, Gumo se dio la vuelta, y empezó a caminar, yo estire mi brazo, inútilmente intentando alcanzarlo.
-No te vayas, por favor no te vayas…-"No, no, no puede estar pasando esto. No puede, no podemos terminar así"
Todo se quebró…
-L-lo lamento, lo lamento, lo lamento-Empecé a mascullar, mis piernas no podían sostenerme, termine en el suelo, apretando mis puños.
Mi celular vibro, lo tome sin ganas, viendo…un mensaje de Gumo.
De: Gumo
Asunto: Lo lamento
-¿Eh?-Mire extrañada el asunto, lo abrí para averiguar de qué se trataba.
Al leerlo, mis ojos se llenaron de lágrimas, que no paraban por más que lo intentara;
Gracias
Me llego otro mensaje, lo abrí al instante;
Gracias por amarme, pero no puedo estar contigo, lo lamento.
Sera mejor que te busques a alguien que te pueda querer tanto como tú me quieres…
Gracias, muchas gracias por todo, pero este es nuestro adiós.
Siempre te recordare…
Gracias Gumi.
No podía dejar de llorar, mis lágrimas fluían solas.
-Lo lamento, siempre fui egoísta, también idiota y llorona-Murmuraba entre las lágrimas que caían sobre el pavimento mojándolo-. S-sabía que yo no te gustaba…desde u-un principio…pero…pero… ¡Aun así te quiero!-Dije entre mis lamentables sollozos, hipando, recordando los buenos momentos que pasamos juntos-. P-perdóname…quiero verte sonreír de nuevo, ser a-amigos de nuevo, no importa si no te gusto… ¡Por favor perdóname, yo si te perdono!
Desde ese día, toda relación que haya existido entre Gumo y yo desapareció, ya no nos hablamos, yo, sigo enamorada de él, me gusta más que nadie, pero no sirve de nada eso, ya que ahora…no existe nada entre nosotros.
El camino de vuelta es silencioso, mi sobra avanza sola, mi mano sujeta el aire…
…Pero estoy segura, de si alguna vez Gumo mira hacia atrás, me vera, y tendré el valor suficiente de hacerlo volver.
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Aqui mi fic corta venas XD espero que les guste, por problemas familiares no pude subirlo ayer como tenía pensado gomen, pero aquí esta, espero que les haya gustado mi póbre y corta venas fic XD byee